"Dios creó a los gatos para que el hombre tuviera el placer de acariciar un tigre"
Soy una crazy cat lady o en español, una loca de los gatos.
Me fascinan estas criaturas por su temperamento, su gracia y su manera de ser.
Los gatos son mascotas ideales para quienes vivimos en un departamento, ya que son tranquilos, no necesitan salir a pasear y hacen de sus necesidades en un lugar específico.
A muchas personas no les gustan los gatos porque son voluntariosos, no son serviles como los perros y cargan a cuestas toda una serie de supersticiones.
Los gatos son voluntariosos, pero desarrollan obediencia, aunque no son serviles son extremadamente cariñosos y especialmente perceptivos con los estados de animo de su humano. Todos los animales lo son, pero ellos se distinguen especialmente por eso.
Son gráciles y ágiles, su pelo es suave y sedoso y su rontoneo tranquiliza y relaja. Sus maullidos son muy variados, tienen mucha mayor gama de sonidos que un perro y llegan a vocalizar una gran variedad de respuestas y preguntas maulladas. El gato de mi cuñada vocaliza perfectamente la palabra mamá, algo así como maaamaaaa.
Un gato requiere menos cuidados que un perro; las vacunas que debe recibir son menos y con menor frecuencia, se pueden adaptar a un estilo de vida sedentario y tranquilo, especialmente si están esterilizados. Un gato está perfectamente nutrido con croquetas y agua y será feliz con un pedacito de carne cruda de vez en cuando.
Un gato doméstico tiene una espectativa de vida de unos 8 a 14 años en promedio, aunque tuve una gata que vivió 22 y el gato más longevo del mundo tiene 34 años de vida.
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