martes, 24 de julio de 2012


Kenai gatito exferal del metro Santa Anita


Kenai llego con nosotros posterior a yo acudir como ayudante en unacampaña de esterilización de gatos rescatados por la protectora GatosOlvidados, A.C.

Me contó Claudia Vázquez, que ella con ayuda de los vigilantes delmetro y de otras personas que fueron ayudarla pudieron rescatar a más de lamitad de la manada de gatos que vivían entre las vías del metro, que éstos erangatos totalmente federales, incluso nunca salían del túnel y de hecho lesdecían gatos topo por como vivían.

Ella me pidió de favor que me llevara a dos gatos, el ayudase con ellosya que no tenía un lugar seguro en ese momento para alojarlos a todos. Le dijeque no podría llevarme ninguno porque tenía la casa llena y el lugar era rentado.

Pasó rato y llegaron algunas personas ofreciendo hogar temporal paraalgunos de los gatos dejando a tres rezagados, Kenai y sus papás. "Anda medecía. Llévatelos, ayúdame con ellos" me convenció pero solo traje conmigoal más pequeño de los tres.
Camino a la casa me di cuenta que no sería fácil domesticar al gatito,ya que mostraba mucha desconfianza y agresividad claro era lógico, sacado de suhábitat y separado de sus padres… ¿quién no? Pensé.

Llegamos a casa y presente al gatito a mis hijas y esposo, les expliquela situación, entendieron y comenzó el proceso de domesticación del gatito. Lostres primeros días no maullaba, no se movía de la gatera y se escondía entrelas cobijas; comía muy poco y casi no tomaba agua, trataba de sacarlo de lagatera e inmediatamente mordía… no gruñía ni hacia sonido alguno.

Mi esposo sugirió forzarlo a salir poco a poco, lo tomaba delcuerpecito, lo sacaba y lo tenía unos minutos cargado contra su cuerpo para queno escapara y si quería huir no le permitía hacerlo, mordía y arañaba y ni aúnasí se escapaba de su rato de caricias y apapachos.

Poco a poco se le dejó la puerta abierta de la recámara para que reconocieralo que sería su casa, pero se escondía en lugares oscuros y fríos y no loveíamos por horas. Finalmente decidimos ponerle un collar con cascabel, asísabríamos si salía a comer o no y funcionó la estrategia.

Oíamos por las noches se cascabel y discretamente salíamos a ver quéhacía. Vimos que comía, iba al arenero y regresaba a su escondite. Era unprogreso. Luego lo empezó a hacer durante el día y hacíamos que no lo veíamospero siguió escondiéndose debajo del ropero, así fue que decidí pasar a cerrarlas puertas de los cuartos para acostumbrarlo a estar afuera.

Siguió escondiéndose debajo de la mesa, de las sillas y detrás de latele hasta que un día se echó en medio de la sala y veía jugar a mis hijas conuna pelotita, comenzaron a arrojársela y él no respondía al principio pero seimpuso el instinto felino y comenzó a jugar. Desde ese momento todo fue mássencillo, era más tolerable a que se le viera, a tocarle como los otros gatos. Leenseñamos a maullar y comenzó a ronronear con las caricias que se le hacían, yano se escondía y adopto a uno de los gatos como su papá.

Ahora es un gato juguetón y super cariñoso, tímido con las visitas comotodo gato y un claro ejemplo de que con mucha paciencia, cariño y cuidados gato feral puede cambiar. Misato_C.

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